Los principios del Diseño Universal se refieren a un amplio espectro de ideas dirigidas a diseñar y desarrollar edificios, productos, servicios y entornos que sean inherentemente accesibles y utilizables por todas las personas, gente mayor, personas con o sin discapacidad, mujeres, hombres, niñas y niños. El diseño universal se rige por los siguientes principios:
- Uso equitativo - el diseño es útil y comercializable para gente con diferentes habilidades;
- Flexibilidad de uso: el diseño cuenta con un amplio rango de preferencias individuales y habilidades;
- Uso simple e intuitivo: el uso del diseño es fácil de comprender, al margen de la experiencia, el conocimiento, habilidades lingüísticas, o nivel educativo de la persona usuaria;
- Información perceptible: el diseño comunica de manera eficaz la información necesaria a la persona usuaria, independientemente de las condiciones ambientales o de las habilidades sensoriales del usuario;
- Tolerancia para los errores: el diseño minimiza los riesgos y las consecuencias adversas de accidentes o acciones no intencionadas;
- Bajo esfuerzo físico: el diseño puede emplearse de manera eficiente y cómoda y con el mínimo esfuerzo;
- Tamaño y espacio para aproximación y uso: el diseño ofrece un tamaño apropiado y el espacio necesario para la aproximación, alcance, manipulación y uso, independientemente del tamaño corporal de la persona usuaria, la postura y/o la movilidad.
Estos principios son más amplios que los del “diseño accesible” y “diseño libre de barreras”, otros dos conceptos ampliamente extendidos en la comunidad de personas con discapacidad.